En el 2015 fui al Congreso Latinoamericano de Metodologías Ágiles, que se hizo acá en Montevideo. El evento estuvo genial, todas las charlas que asistí, el open space, todo. En particular quería nombrar un concepto que me dejó pensando de una de las charlas que vi, que la dio Ángel Medinilla.
No sé si es suyo, sé que hay un chiste asociado a la idea del “café con sardinas”, pero fue interesante cómo lo relacionó con lo que hacemos. Él decía que debemos dejar de actuar como meseros (sí, es español) y debemos pasar a actuar como doctores. O sea, si un cliente nos pide café con sardinas, el mesero típicamente lo trae y no pregunta… porque es lo que pidió, y a pesar que sabemos que no le puede gustar a nadie, se lo damos. Es esa idea tradicional de “el cliente tiene la razón”.
Cuando un cliente nos pide algo no deberíamos tener ese rol, sino el de un doctor. Si alguien va al doctor y le dice “necesito que me recete pastillas para tal o cual cosa” el doctor no se las da, sino que le dice “momento, ¿a usted qué le pasa? ¿qué le duele?” y en base a un análisis y a su experiencia, decide darle eso o lo que mejor se ajuste a sus necesidades.